EL MUNDO DESAPARECE
El mundo desaparece.
En un segundo las horas.
En tus gemidos me adoras,
Tu estructura se estremece.
Te encoges, ríes, te creces;
Irradias felicidad,
En un orgasmo te vas
Con el tiempo que se esfuma;
Por cada roce que suma,
Jadeas y pides más.
Como una Diosa ahí estás
Más sin poderes ni hechizo
Te revuelco en todo el piso,
Te suspendo entre mis brazos.
Y entre besos y arañazos
Saliva, sudor y alma;
Los dos perdemos la calma
Invertidos en el hecho,
Te aprieto contra mi pecho
Coito-organsmo se empalma.
Las emociones en calma
Y la pasión satisfecha.
Tu mirada me confiesa,
Que yo vivo en tus entrañas.
Enardecida me bañas
De caricias tiernamente;
Y prosigues suavemente
Sin prejuicios ni desdeño,
Algo fruncida de ceño
Con picardía eminente.
Te me impones de repente,
Exenta de todo agravio,
Y se me pierde en tus labios;
Mi hombría muy dulcemente.
Lo disfrutas lentamente,
Lo disfruto, hasta me harto;
Y desde cero ya parto,
En revigorizante hazaña.
Con tan complaciente maña,
Tan tuya y tan diferente.
Deseosa nuevamente
Despojada de barrera
Me incitas a que te hiera,
Sin herirte obviamente.
Te muerden suave mis dientes,
Con tu cabellera juego.
Penetrando desde luego,
Justo el centro de tu torso;
Cabalgo desde tu dorso,
Mientras que domo tu fiera.
©Lázaro Oscar Correa Govea. 04/12/2020
MI EXILIO EN POESÍA 